La Firma Electrónica se ha convertido en una de las soluciones digitales más útiles para las empresas en Chile, Latinoamérica y el mundo. Su utilidad para certificar diferentes tipos de documentos de manera rápida, eficiente y segura ha permitido agilizar y mejorar el rendimiento de diversos procesos en las organizaciones.
¿Cómo la certificación electrónica ha elevado la competitividad de las empresas nacionales?
La pandemia impulsó diversos cambios en la manera de trabajar de las organizaciones, con una amplia variedad de soluciones tecnológicas como base de este proceso. Como resultado, el entorno empresarial se vio forzado a acelerar su transformación digital.
De acuerdo con el Índice de Transformación Digital 2021, las empresas chilenas han mostrado un notorio crecimiento en la digitalización de sus procesos, pasando de 30 puntos (2019) a 48 puntos (2021).
En este escenario, la Firma Digital se ha transformado en una de las principales herramientas para las organizaciones. De hecho, esta solución permitió que Chile creciera 5 puntos en el Ranking de Competitividad Mundial de Emprendimiento 2020, ubicándose como el país Latinoamericano más destacado de la lista.
Este ranking de emprendimiento mundial se realiza anualmente, y establece la capacidad competitiva de los países de acuerdo con diversos factores. El estudio considera a 63 economías, analizadas en torno a 333 criterios, que son evaluados periódicamente.
El uso de la firma electrónica permitió que Chile alcanzara una mejor valoración en los apartados “Marco para hacer negocios” y “Crecimiento en el mercado laboral”, ya que esta herramienta facilita la certificación remota de diferentes tipos de documentos (contratos de trabajo, arrendamiento de inmuebles, finiquitos, entre otros), lo que se traduce en mayor agilidad y eficiencia en las operaciones empresariales.
Por ejemplo, durante el 2020 se registró un alza de un 23% en la creación de nuevos negocios respecto al 2019, algo en lo que la Firma Electrónica Avanzada (FEA) tuvo un rol clave, pues facilita la formalización de emprendimientos en el Registro de Empresas y Sociedades (RES) sin necesidad de trámites presenciales.
El emprendimiento -mundial o a nivel local- necesita de herramientas que faciliten los procesos, y la firma electrónica (simple y avanzada) constituye una solución clave para ello.
Ley 19.779: punto de inflexión en el uso de la Firma Digital
La validez legal de la Firma Digital es un aspecto clave para entender la apuesta de las empresas por esta solución. En este aspecto, la Ley 19.779 -sobre documentos electrónicos, Firma Electrónica y servicios de certificación de dicha firma- establece el marco normativo de esta herramienta para la certificación de documentos.
En particular, su artículo N.° 3 afirma que: “los actos y contratos otorgados o celebrados por personas naturales o jurídicas, suscritos por medio de Firma Electrónica, serán válidos de la misma manera y producirán los mismos efectos que los celebrados por escrito y en soporte de papel”.
En la misma línea, vale la pena precisar que tanto la Firma Electrónica Simple (FES) como la Avanzada (FEA) permiten certificar documentos tanto públicos como privados, dando cuenta de su relevancia para el cotidiano organizacional.
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